EL CINCEL DEL ARQUITECTO Coordinador de Ciutadans-Partido de | |
Por una Política sin rinoceritis | |
Juan María Atutxa, expresidente del Parlamento Vasco, con Knorr y Bilbao, recientemente condenado por el Tribunal Supremo a 12.000 euros de multa y a un año de inhabilitación, es uno de los más famosos ejemplos de la dolencia llamada "rinoceritis".
Esta dolencia la describió magistralmente Eugène Ionesco en su obra teatral titulada "RINOCERONTE". Consiste en que el paciente, a fuerza de ver rinocerontes por la calle llega al convencimiento de que es natural que los rinocerontes caminen por la calle y arrasen con todo, tan natural que al final el paciente adquiere un cuerno de rinoceronte en la frente.
Esta fábula la escribió Ionesco para denunciar a todos aquellos europeos, en general, y franceses, en particular, que durante el ascenso de Hitler al poder y los primeros años de ejercicio, optaron por mirar a otro lado, tolerarlo, negociar e incluso colaborar con él, hasta que algunos clarividentes decidieron hacerle la guerra. Un día unos vecinos vieron un rinoceronte por la calle. Oh, qué raro, un rinoceronte por la calle, dijeron, y siguieron con sus quehaceres. Luego un rinoceronte aplastó un gato. Ay, qué pena, pobrecito el gato, y siguieron con sus quehaceres. Luego fueron dos rinocerontes los que aparecieron. Bueno, también tienen derecho los rinocerontes a pasear por las calles, que son de todo el mundo, basta con ponerse de lado para que note arrollen, y siguieron con sus quehaceres. Luego fueron tres los rinocerontes. Bueno, vayámonos a otra calle, no los provoquemos. Al final, poco a poco, a todos los vecinos les fue saliendo un cuerno de rinoceronte en la frente.
Atutxa y casi todos los políticos nacionalistas vascos y catalanes se han ganado a pulso sus buenos cuernos de rinoceronte. Dicen que condenan a los que en democracia usan o apoyan la violencia para provocar el terror, cuando en realidad sólo se han puesto de medio lado para que los terroristas y los que les apoyan, rinocerontes todos, puedan pasear por las calles, llegando incluso a cambiar de calle para dejar calles en propiedad de los rinocerontes. Y como la dolencia de la rinoceritis se ha convertido en moda, también lucen sus pequeños cuernos muchos que se exhiben como modelo de democracia, como demuestran esas patéticas declaraciones de dirigentes del PSE (Partido Socialista de Euskadi) que declaran sin despeinarse que, aunque ellos habrían querido que Atutxa hubiera obedecido la orden del Supremo de disolver "Sozialista Abertzaleak", lamentan la condena a Atutxa, Knorr y Bilbao porque se ha aceptado la legitimidad de Manos Limpias para presentarse como acusación particular en contra de la opinión de la fiscalía, siendo para ellos Manos Limpias un instrumento de la extrema derecha para "judicializar la política y reabrir asuntos que políticamente ya estaban amortizados"
Parece lejos ese principio de siglo en que el cóctel nacionalismo-socialismo generó al gran rinoceronte Hitler y su epidemia se extendió a toda Europa. Hoy parece que muchos políticos socialistas, ignorantes de historia pero que dan lecciones constantes de Memoria Histórica, cegados por su ignorancia, tal vez porque el cuerno que les nace en la frente les tapa los ojos, se suman a ese movimiento reflejo de ponerse de lado para que lo rinocerontes no les aplasten, y aceptan las "razones políticas" de los terroristas.
Hace falta que en España surjan y fortalezcan partidos políticos que digan claramente que no les gusta la enfermedad, que no les gusta la dolencia de la rinoceritis, que no comprenden, porque no se pueden comprender, las razones políticas del conflicto político de los rinocerontes.
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