lunes, 15 de septiembre de 2008

Carta a Dña. Bárbara Galmés Chicón Consejera de Educación

Dña. Bárbara Galmés Chicón
Consejera de Educación y Cultura
GOVERN BALEAR
C/ Capitán Salom, 29
07004, Palma de Mallorca
Palma de Mallorca, 15 de septiembre de 2008 Señora Consejera:

Desde la agrupación balear de CIUDADANOS-PARTIDO DE LA CIUDADANÍA le expresamos nuestra profunda preocupación ante el previsible fracaso académico de millares de niños y jóvenes de nuestras Islas que, si no se remedia, tendrá en el día de hoy, inicio del curso escolar, su punto de partida.

Lo que debiera ser una jornada feliz es para muchos el comienzo de una larga agonía escolar que acabará en el óbito académico de millares de jóvenes , frustrándoles en un futuro no lejano sus posibilidades laborales y de realización personal.
Estamos convencidos, igual que muchísimos habitantes de estas islas, de que la imposibilidad de escolarizar a los alumnos en su lengua materna es determinante en su fracaso escolar. Durante el franquismo personas próximas al nacionalismo catalán repetían, con razón, lo que desde 1951 afirma la UNESCO: “Es axiomático que el mejor medio para enseñar a un niño es la lengua materna”. Sin duda, la violación de este principio en los tiempos en que la enseñanza era únicamente en lengua castellana debió perjudicar a no pocos baleares, lo cual es de lamentar. Sin embargo, a partir de los años 60 y 70, con la introducción de la televisión y la llegada masiva de familias castellanoparlantes, la sociedad balear llegaría a familiarizarse con la lengua castellana, presente no sólo en las escuelas, sino también en la vida cotidiana.

En cambio, la situación para un niño castellanoparlante de hoy es más dura que la soportada por aquellos de lengua vernácula en los 60 y 70: en aquellos años, la lengua castellana ya estaba ampliamente extendida en la calle, en la televisión, en la radio, en el cine, siendo ya de sobra conocida por la población autóctona. Por el contrario, hoy día el uso oral de la lengua catalana y sus variedades insulares es, en términos absolutos, minoritario en el conjunto humano de la sociedad balear, lo cual impide hacerla familiar para muchísimos alumnos de una mayoría social no catalanoparlante, sobre todo en el medio urbano. Y por si ello fuera poco, los jóvenes son escolarizados en un catalán estándar tan distinto a las modalidades baleares como si al sistema educativo portugués se le antojara la extravagancia de escolarizar a los chicos en el galaico-portugués moderno que se habla hoy en La Coruña.

El hecho de que el uso social del catalán en las Islas, sobre todo en los medios urbanos, esté en términos absolutos por debajo del castellano, no implica en absoluto que se haya producido a lo largo del último siglo un retroceso de la modalidad vernácula en las Islas. Y es obvio que el número de personas que utilizan habitualmente las modalidades vernáculas baleares no ha dejado de crecer en los últimos cien años, por lo que el uso del catalán y de las modalidades vernáculas no está en absoluto en trance de desaparición.

Cargar el catalán en la enseñanza para compensar la falta del catalán en la sociedad es un grave error porque :

1. La elección de la lengua vehicular en la enseñanza no tiene nada que ver con el uso social en la calle, sino que la decisión de utilizar el castellano o el catalán en la escuela debe obedecer simplemente a una cuestión pedagógica: ¿en qué lengua este niño podrá aprender mejor física, filosofía, matemáticas?

2. Es a los padres a quienes corresponde solicitar el modelo lingüístico educativo, con lengua vehicular dominante catalán o castellano.
El actual modelo lingüístico no está creando nuevos catalanoparlantes en el uso social, más bien todo lo contrario: está consiguiendo que muchos jóvenes aborrezcan el catalán, por considerarlo un obstáculo en su desarrollo académico. Debido a la inmersión, cada vez hay más personas que lamentablemente relacionan la lengua catalana con la peculiar de los maestros de escuela , de los funcionarios y de los políticos isleños, mientras se la identifica poco con el ocio y con el sano esparcimiento de la vida social.

Parece que la clase política, a la que Ud. pertenece, cierra los ojos a la nueva realidad de esta heterogénea sociedad plural y mestiza de Baleares: una nueva sociedad balear que libre y espontáneamente encontró en la lengua castellana su principal y más eficaz vehículo de comunicación y cohesión social. Y todo ello, pese a los obstáculos y cortapisas que desde 1983 interponen en vano las Instituciones públicas baleares, aplicando técnicas de ingeniería social que no encuentran su parangón en ningún otro país europeo, como la inmersión lingüística.

Aun poseyendo en su acervo cultural lenguas regionales vernáculas, ni Francia, ni Italia, ni Alemania, ni Gran Bretaña, ni Holanda, ni Portugal impiden a sus ciudadanos estudiar en la lengua oficial de sus respectivos estados ¿ Por qué no podemos adoptar el modelo escolar lingüístico basado en la libertad, como ocurre en Andorra o en la República de Irlanda, donde, reconociendo el derecho a la escolarización en la lengua vernácula, el gaélico, los ciudadanos pueden hacerlo sin problemas en la mayoritaria del país, el inglés?

¿ Por qué ignoran Uds. la opinión que al respecto tienen los ciudadanos de Baleares ? ¿O acaso temen de la ciudadanía su rechazo a la política lingüística que desde 1983 vienen realizando los sucesivos ejecutivos autonómicos? Un rechazo no sólo por parte de las diversas comunidades lingüísticas de Baleares, sino también por gran parte de la población que tiene como materna la lengua vernácula de las Islas. Como servidores públicos que Uds. son, no debieran ignorar que su deber es estar al servicio de la mayoría de los ciudadanos; y no los ciudadanos, al servicio de los caprichos identitarios de los servidores públicos.

Lo terrible, por antisocial, Sra. Galmés, es que esta política lingüística vigente ha hecho y hará estragos en los sectores más desfavorecidos de esta sociedad. Me han comentado algunos maestros de escuela lo mal que lo pasan al explicar matemáticas, en catalán, a un auditorio de niños latinoamericanos. Los niños no entienden qué les explican y, automáticamente, “desconectan”, se distraen. “Yo querría explicárselo en castellano, para que aprendan matemáticas, pero no me atrevo, pues el centro escolar no me lo permite” . “Es frustrante y me desmotiva”, me dicen. Y me piden discreción absoluta, por temor a represalias de sus “normalizados” compañeros y superiores. A un lado tenemos pedagogos frustrados, atemorizados, y al otro, comisarios lingüísticos en el papel de pedagogos. Menudo panorama. Por si fuera poco, hay alumnos que obtienen puntuaciones más bajas en los exámenes por el mero hecho de responder en la lengua común de España. Y no se atreven a denunciarlo. ¿Es éste el panorama que a Ud. le gusta, Sra. Galmés? ¿Para esto hemos creado en 1983 la Comunitat Autónoma de les Illes Balears? ¿Para que estos niños inmigrantes y numerosos castellanoparlantes se vean abocados en un futuro a ser los limpiabotas de una minoría de catalanistas atrincherados en el nivel C de catalán? ¿Es esto propio de una verdadera democracia en la Unión Europea del siglo XXI?

Este atropello a la libertad que perjudica sobre todo a las personas con menos recursos económicos, a los pobres, en definitiva, está ya generando un profundo rencor social, además de un escepticismo creciente frente a nuestras Instituciones; dándose, además, la circunstancia de que el actual sistema permite a los económicamente fuertes eludir el catalán matriculando a sus hijos en carísimos colegios privados inasequibles a los humildes.

Por todo lo anteriormente expuesto, le pedimos a Ud. y al gobierno del que forma parte:

1. Una reforma radical en el actual sistema educativo, de modo que sean los padres los que elijan la lengua vehicular para la enseñanza de sus hijos.

2. Hasta que llegue ese momento, le exigimos una investigación exhaustiva y veraz en todos y cada uno de los centros educativos públicos y concertados de las Islas a fin de detectar casos de discriminación sufridos por jóvenes que en el centro se expresan en una lengua distinta a la catalana. Es vox populi la existencia de rebajas en las notas para los estudiantes que no se expresan en catalán, así como de otros tipos de agravios en relación al uso de las lenguas, como los cometidos en los momentos de recreo.
Agradeciéndole la lectura de la presente carta, le saluda atentamente esperando su respuesta




José Antonio Braojos Gómez
Coordinador en Baleares

No hay comentarios: