Mostrando entradas con la etiqueta CANDIDATO DE VERDAD. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta CANDIDATO DE VERDAD. Mostrar todas las entradas

martes, 26 de febrero de 2008

CANDIDATO DE VERDAD

El único candidato de verdad en estas elecciones se llama José Esteban. ¿Por qué? Porque es un señor que se gana la vida entre pucheros debidamente uniformado de cocinero. Porque va de blanco, que es ese color que los romanos llamaban 'candidus', el color de la toga que se vestían en tiempo de elecciones quienes aspiraban a un cargo público. Ahí lo tienen, con un palo en la mano, removiendo su programa electoral.

Es el candidato de Ciudadanos de Baleares. Un partido que da buen rollo. Un partido que ha salido enseguida a denunciar las agresiones a Rosa Díez o a Dolors Nadal, competidoras en estas elecciones por otros partidos.

Ciutadans da buen rollo por eso y porque tiene un líder, en Baleares, cocinero. O sea, a José Esteban se le conoce oficio y beneficio. No está en política para exprimir las despensas de la administración, para vivir del cuento. No es un profesional de la política, léase un geta. Y tampoco es un Ferrán Adriá. Es un cocinero de puchero alto, de rancho para el pueblo, de sustancia y multitud. Sin pijadas. Para hacer política hay que saber cocinar para todos, para los bolsillos básicos.

Un cocinero de UM no posaría nunca ante esos pucheros de José Esteban. Un cocinero de UM sería un Nouvel de los fogones. Un tipo que en lugar de albóndigas prepara pelotazos.

Me he alegrado mucho de enterarme de que José Esteban es cocinero. Me lo presentaron una noche, cuando el Círculo Balear le dio unos premios a Rosa Díez, Regina Otaola, La COPE y otros, pero como iba con traje y corbata no supe adivinar su profesión. Me fío mucho más de un delantal de cocinero que de una corbata. Los albertos esos, o el Montis y el Vicens de Son Oms, llevan corbata y es una vergüenza. Si yo fuera fabricante de corbatas les pediría una indemnización por dañar mi imagen.

José Esteban sabe por propia experiencia lo que cuesta una barra de pan y hasta un saco de harina. No tiene que encargar a ningún asesor una investigación, un trabajo de campo, descender a la calle porque se avecina un debate. Este ciudadano, de hacer carteles, tendría que posar con su gorro de cocinero y su cucharón de palo. Iba a arrasar. Ciudadanos ha sabido mezclar en su menú una salsa intelectual a lo Arcadi Espada con los macarrones de ese puchero enorme.

¿No le parece mucho más carismático un cocinero como José Esteban que Garcías, Salom, Ramírez o Sampol?

Román Piña Valls
El Mundo